lunes, noviembre 25, 2024

INIO ASANO EN EXCLUSIVA

POR JAVIER HEREDIA

- Intérprete: Pablo Tschopp
- Investigación y redacción: Agustín Gomez Sanz

NOTA: La entrevista contiene spoilers de Oyasumi Punpun y otras obras del autor

Largamos con esta entrevista al mítico creador de Oyasumi Punpun una nueva sección en Ivreality dedicada a conocer más a fondo a los mangakas más populares.

Se trata de entrevistas que hemos ido realizando nosotros mismos a lo largo de los últimos años en los viajes que hacemos a Japón para mantener fluida la relación con las editoriales japonesas o terminar de cerrar algún contrato.

En este caso la cita con Inio Asano quedó pactada para las 16:00, en un café del peculiar barrio Shimokitazawa de Tokyo. Para hacerme de intérprete me acompañó Pablo Tschopp, uno de nuestros expertos traductores. Tschopp abandonó Buenos Aires y se instaló ya hace unos años en Japón; y fue ya viviendo en tierras niponas que se encargó de traducir la edición de Ivrea de “Oyasumi Punpun”. Era la persona adecuada para acompañarme. Y hablando de combinaciones ideales, las casualidades de la vida hicieron que justo justo ese mismo día hubiera tenido, a unas cuadras de distancia, un almuerzo con mi querido y admirado “amigo” Takehiko Inoue y su esposa, Miyuki. El mítico creador de Slam Dunk y Vagabond tiene su estudio en ese mismo barrio, que es una suerte de paraíso bohemio donde gravitan muchos artistas

El punto de encuentro en el que quedamos con Asano fue el Café Trois Chambres, que está a muy pocas cuadras de la estación y relativamente bien visible… pero que de alguna manera logramos pasar por alto y seguimos caminando varias cuadras hasta darnos cuenta que nos habíamos ido al carajo (las direcciones en Tokyo no son correlativas con los números, así que todo requiere un mapita con referencias).

¡¡POR AHÍ!!

Cuando finalmente logramos ubicarnos, nos encontramos esperando a nuestro contacto principal del departamento de derechos internacionales de Shogakukan; una de las personas con las que solemos negociar los títulos para Argentina. Fue ella la que nos indicó una pequeña escalera que llevaba al escondido salón principal del café. Al entrar nos invadió el olor a humo de cigarrillo (en Japón todavía se puede, o más bien se podía, fumar en interiores) mezclado con el aroma intenso del café artesanal de turno que el local estaba moliendo en ese momento.

Adentro nos recibió nuestro entrevistado: un ojeroso, lánguido y rubio desteñido Asano, que además de la obligada reverencia, sumó un afectuoso apretón de manos. Así los cuatro, más el editor responsable de Asano en Big Comics, nos ubicamos en una mesa de las esquinas que aunque poco iluminada era bastante cómoda, y nos pedimos unos ice coffee (que vinieron más amargos que el recuerdo de que sentarse junto a extraños en un café se convertiría por largos meses en algo imposible poco después).

Para los que no hayan escuchado antes sobre Inio Asano (muy mal de sus partes, vayan a comprar sus mangas ya mismo); él nació en Septiembre de 1980 en la prefectura de Ibaraki, y es un mangaka que ha logrado destacarse en ese medio no por ser necesariamente el más popular, sino por ser uno de los más jugados en lo que respecta a desarrollo de personajes y realismo literario. Después de conseguir el éxito masivo con “Solanin”, que terminó convirtiéndose en una película live-action en 2010; obtuvo renombre internacional con “Oyasumi Punpun”, y hoy en día es considerado por muchos como la voz de su generación en la industria.

Esto es lo que nos contó durante esa charla:

A diferencia de muchos otros autores, sos muy abierto en cuanto a tus opiniones y experiencias personales. Tampoco parecés tener problemas en mostrarte públicamente ni dar entrevistas en persona, como lo estás haciendo ahora con nosotros. ¿Qué sentís que te distingue de otros tantos autores que siempre son tan recelosos de no exponer su vida privada?

Creo que hay dos tipos de mangaka. Están los que desean crear el manga que quieren en privado y nada más; y por otro lado los que consideran sus obras como una herramienta de comunicación. Yo soy de los segundos, de los que utilizan sus mangas como un medio para decir lo que quieren. Cuando creás una historia, es inevitable usar como base cosas cercanas a vos mismo, tu propia vida. Creo que ahí radica la diferencia.

En entrevistas pasadas mencionaste que empezaste a dibujar muy de joven. ¿Qué hobbies e intereses tenías en aquél entonces?

Desde chico se me daba muy bien el dibujar, pero la verdad es que recién consideré seriamente volverme un mangaka muy poco antes de mi debut en la revista. Podría haberme volcado igualmente por el arte o la música. De lo único que estaba seguro era de que quería crear cosas. Si el puntapié inicial hubiera sido otro, quizás habría tomado un camino completamente diferente con mi vida. Al final fue el manga lo que se convirtió en mi trabajo.

¿Hubo alguna obra particular que te haya influenciado inicialmente?

De chico tuve especial preferencia por los mangas, y casi en la misma medida por la música. Son tantos que no creo que podría decir uno en particular. Lo que sí me importó fue que una vez que hice mi debut, traté primordialmente de no dejarme influir por otros.

Además de los mangas, ¿veías otras cosas como animes o series tokusatsu?

En mi caso fueron prácticamente mangas solamente. Casi no veía anime; e incluso dentro del manga, prefería los que fueran de una temática más adulta antes que los de las típicas revistas shonen como la Jump.

Antes de tu debut, ¿cómo era tu vida familiar? ¿Tenés muchos hermanos o vivías con otros parientes?

Tengo una hermana mayor, pero no soy para nada familiero. Era de los que se pasan todo el día solo.

¿Sentís que ese tiempo de soledad fue algo que te facilitó un espacio para crear tus mangas?

No, no creo. Simplemente no me sentía solitario estando solo. Eso de querer estar solo para poder crear fue algo que vino mucho después. Tampoco había una razón especial por la que estaba solo, simplemente… no me interesaba demasiado hablar con los demás. Hoy en día cambié bastante, soy de los que no paran de hablar con la gente. Ahora disfruto de socializar con los demás. De joven sólo me salía hablar con personas que tuvieran los mismos intereses que yo, pero ahora es lo opuesto. Busco específicamente tratar con personas diferentes a mí, porque así puedo aprender cosas nuevas.

En una entrevista previa mencionaste que tenías una condición física…

Ah, ¿lo del pecho?

Sí. Me sentí bastante identificado porque yo también tuve un tema de salud en mi infancia que me afectó bastante. ¿Te parece que influyó mucho en tu personalidad en ese momento y como adulto? Perdón si es demasiado personal…

Mmh, sí que me influyó. Cuando era chico era bastante propenso a sentirme inferior a los demás. Por ejemplo, cuando estaba haciendo algo con mis amigos, aunque todos hiciéramos lo mismo, a mí por ahí no me salía igual de bien. Terminé pensando que aún haciendo lo mismo, a mí siempre me iba a salir peor; no tenía sentido hacer lo mismo que los demás. Eso también me llevó a pensar que si no encontraba algo en lo que fuera mejor que los otros y no lo desarrollaba, nunca iba a poder conseguir confianza en mí mismo. Resultó que era bueno dibujando, así que me apoyé en eso por esa razón.

¿Cuándo sentís que te afianzaste en el manga? ¿Qué te motivó a dar el salto a volverte un profesional?

Mmh, recién pude mostrarle mis mangas a otra persona a los 16 o 17 años. Empecé con uno de chistes, y recibí muy buenos comentarios. Desde esa época sentí que lo que hacía era lo bastante bueno como para que los demás puedan verlo, así que poco después me animé a presentar mi obra en una editorial con la esperanza de que tal vez eso podría llegar a convertirse en mi profesión.

¿Qué te motivó, y cómo sacaste coraje para llevar tu trabajo a una editorial siendo tan joven?

Era estudiante de secundaria, y si te tengo que decir el por qué, bueno… era que no quería estudiar. Si era posible, quería esforzarme en otra cosa a cambio de no tener que seguir con los estudios.

Algo así como “si llego a poder ganarme la vida con esto”… ¿no?

Sí, exacto. Si hubiera sido muy buen estudiante habría tenido sentido seguir con una carrera; pero si realmente no daba para mucho más, pensé que quizás no valía tanto la pena. No pretendía convertirme en “el número uno”, pero sí tenía aspiraciones de estar entre los mejores de mi categoría, así que quería esforzarme en una disciplina en la que sabía que era bueno.

Al final sí te eligieron a una edad muy joven para hacer cuatro páginas para la Big Comic Spirits de Shogakukan. Pero después de eso te tuvieron varios años dibujando sólo one-shots y nunca te encargaron una serie regular. ¿Cómo te afectó eso?

El primer manga que me publicaron era de chistes, y es un género que o gusta mucho o no gusta nada. Te hace reír, o no te hace reír. Aunque a mí me divirtiera mucho, si al editor responsable no le hacía gracia, chau. Al final no coincidíamos nunca. Conseguí mi primera serie cuando renuncié a los mangas de chistes y decidí dibujar algo con historia. Es sólo que… me tomó varios años animarme a cambiar de género.

Tu estilo de dibujo es muy característico en los mangas de comedia, pero también se transforma para acomodarse muy bien en títulos más serios, eso genera un contraste interesante en tu obra en su totalidad.

Mmh, sí. Lo que dibujo suele ser extremo. Si dibujo chistes, son gags muy extremos; pero cuando son obras con historia, es como que termino queriendo dibujar algo un poco más dirigido a una minoría. Algo que sólo ellos entenderían, antes que historias normales. Pensaba que como los mangas típicos podían dibujarlos otros autores a los que le guste eso, no hacía falta que yo también me metiera en esa área porque sí. Creo que por eso se termina distinguiendo un contraste tan marcado.

Claramente los lectores lo terminaron apreciando mucho. Ahora, yendo a temas más específicos de tus obras, un tema recurrente en ellas es la frustración de convertirse en adulto, y es algo que se muestra claramente en los personajes de “Subarashii Sekai” (What a Wonderful World!). Sin embargo al ser una colección de historias cortas no tuviste demasiado espacio para desarrollar a esos personajes. ¿Fue esa una motivación para después crear una obra más larga como Solanin?

Quería presentar a los protagonistas de mis mangas no como personajes sino como personas comunes y corrientes, incluso quería evitar tener que darles un nombre. Nunca pensé en mostrarlos como “personajes de un manga”, y estuve muy satisfecho con eso. Sin embargo, cuando tenés que realizar una serie a lo largo de varios capítulos, sí o sí tenés que empezar a ponerles nombres y trabajar en crearles una personalidad fácil de comprender. Fue algo que comencé a incorporar a partir de esa necesidad.

¿Dirías que personalmente te interesa más relatar eventos y situaciones que desarrollar personajes?

Sí, así es. Los protagonistas de mis mangas siempre son gente normal, no necesitan que les asigne personalidades especiales. Lo mismo sucede con el argumento, son cosas que cualquiera podría vivir. Quería dibujar más sobre eventos y situaciones que todos pudieran llegar a experimentar antes que sobre los personajes en sí mismos.

Ciertamente es un proceso creativo muy particular… Los mangas típicos se centran en torno a los personajes y a partir de ahí se introducen los eventos.

Sí, bueno. Ponele que hay una ciudad, y en ella hay personas comunes y corrientes a las que les ocurren cosas normales y cotidianas. Al contrario que a los demás, para mí eso era lo novedoso. En mi adolescencia pasaba mucho tiempo solo, siempre adentro de mi casa, y para mí esas historias ordinarias se veían como algo trascendental. Por eso cosas que para otros podrían ser obvias y sin importancia, para mí eran particularmente valiosas. Justamente como me parecían tan relevantes, las terminaba plasmando así en mis obras.

¿Considerás que no enfocarte tanto en desarrollar los personajes te da en cambio más libertad respecto de crear la historia?

Mmh, las dos cosas son importantes. Si me lo preguntás ahora, considero que me permitió caracterizar a mis personajes con más naturalidad; en ese sentido más que darme “libertad”, creo que simplemente me lo hizo más sencillo. Creo que las dos cosas son buenas por sí mismas.

En una entrevista previa describiste como una especie de “traición” el haber dejado a los lectores con una sensación agradable en el final de “Solanin”. ¿Por qué lo considerás así?

¿Por qué? Bueno, mmh… si tengo que responder a eso, ni yo mismo sabría bien qué decir. Para mí, normalmente, el manga no es sobre escribir cosas felices. Sí, la mayoría son así, pero también creo que son necesarios mangas que no lo sean, y me parece que hoy en día son de los que hay menos. No es que haya una “razón”. Si por ejemplo fuera al revés, y la mayoría fueran historias tristes, historias donde siempre muere alguien; seguramente yo estaría haciendo historias con finales felices.

¿Te parece importante destacar el hecho de que no seguís la norma?

Sí, claro. Creo que lo que buscaba era que hubiera un balance.

En esa misma línea, “Solanin” se terminó volviendo muy popular e incluso se adaptó en una película, pero vos dijiste que no querías hacer más historias “que te hagan sentir bien”. ¿Fue difícil convencer a tu editor de dejar esa fórmula exitosa?

No creo que se trate de convencer o no. Los editores tampoco piden siempre repetir lo mismo sólo porque una obra haya tenido éxito anteriormente. Mi editor me reconocía como mangaka y su deseo obviamente era que yo continuara dibujando por mucho tiempo, por eso siempre fue muy comprensivo con todas las ideas que yo propuse. Por supuesto, si alguna era claramente aburrida me la rechazaba, pero si veía alguna luz de posibilidad, me daba el OK. En el caso de “Solanin” y “Punpun”, terminaron siendo dos mangas opuestos en esencia; pero que comparten que en su raíz está el deseo de querer apartarse de la norma, y que fueron dibujados pensando en llegar a un nicho específico de personas. Creo que mi editor entendió esos aspectos.

La canción homónima de la película “Solanin” adaptó la letra que se había escrito en el manga. En todas tus obras la música siempre parece tener un papel importante; e incluso escribiste letras para otras bandas como Dempagumi.inc… ¿Es posible que para vos la música sea otra forma de expresarte creativamente, o es sólo un hobby?

Mmmh, no deja de ser un hobby, sí; pero si vamos al origen, dibujar un manga y escribir una canción no son tan diferentes. Por ejemplo, cuando escribís una canción tenés una intro, versos… y eso no es demasiado diferente a la estructura de un argumento en un manga. El proceso es exactamente igual a cómo desarrollo un manga. En ese sentido, tanto un manga como una canción, llevan un proceso idéntico, no las considero cosas separadas. La diferencia está en que en las canciones tenés otra libertad creativa, se pueden escribir otro tipo de cosas. En el caso de Denpagumi, aunque las hayas escrito yo, esas canciones no me pertenecen, son del grupo; por lo que es mucho más fácil separar los tantos. Los mangas no son algo que dibuje para alguien más, por lo que hacer algo distinto siempre es muy divertido.

Hablemos de “Punpun”. Hasta ahora es tu obra más extensa. ¿Disfrutaste la experiencia de desarrollar una misma historia a lo largo de casi siete años?

Durante todo ese tiempo, mi forma de pensar fue cambiando. Mi personalidad evolucionó desde el momento en que empecé a dibujarlo hasta que lo concluí, así que fue algo difícil atar los cabos hacia el final para que quedara coherente.

¿Ya sabías desde el principio que te iba a tomar tanto?

Al principio pensaba que iba a poder terminarlo en la mitad de ese tiempo, pero cada vez surgían más y más elementos que no podía dejar de dibujar. Eran aspectos que no podía relegar a un segundo plano; por eso, en especial en la segunda mitad de “Punpun”, rechacé cualquier otro trabajo para poder cerrarlo como se merecía.

¿Puede ser que uno de los motivos por lo que se extendió tanto es que los personajes crecieron más de lo que esperabas, y no quedaba otra que completar sus historias?

Sí, creo que fue eso. El desarrollo interior de “Punpun” resultó ser mucho más complejo de lo que imaginé en un principio y sentí que si no me tomaba el tiempo necesario para dibujarlo, no se iba a poder transmitir como quería. Creo que por eso fue tan grande la cantidad de tomos.

En el primer capítulo de “Punpun” hay un diálogo sobre un triángulo de estrellas. ¿Era una escena ya planeada, como suerte de profecía hacia el triángulo amoroso de Punpun, Aiko y Sachi?

Lo tenía decidido desde el principio. Lo puse en el primer capítulo como un símbolo de ese triángulo entre los personajes para forzarme a mí mismo a nunca olvidarme del hilo general de la historia. Si no lo hacía, por ahí después me tentaba a cambiarlo de alguna manera. Esa fue la razón.

Y las estrellas del triángulo tienen un significado específico que se relaciona con los personajes, ¿no…?

Puede que suene algo muy rebuscado, pero una de las estrellas del triángulo de verano, Altair, se llama también “Kengyuu” (el Criador de Vacas). Esa imagen de vacas y cuernos… es por lo que a Punpun en una parte le crecen cuernos (risas). A otra de las estrellas (Vega) se la llama “Ori Hime” (la Princesa que Teje). En “Punpun” sale el tema del festival de Tanabata (cuando las estrellas se juntan en el cielo), y Ori Hime es alguien que hace prendas, que teje, y por eso Aiko, de grande, trabaja en una fábrica de jeans. Viene a ser algo así.

¿Estás al tanto de si muchos lectores pudieron detectar esa referencia?

Me sorprendería mucho (risas). Después esta Sachi. La tercera estrella es Deneb, de la constelación del cisne. Como en el cuento infantil, donde un patito feo se convierte al final en un cisne bello; Sachi, que era medio fea, se hace cirugías estéticas y queda hermosa. Así, más o menos a la fuerza, es como se define el triángulo de verano en relación a los tres protagonistas.

La verdad que ni yo había notado cómo conectaban las referencias de las dos protagonistas.

No pasa nada, es más, ¡lo normal es justamente eso! (risas).

El concepto de utilizar diferentes dibujos para oscurecer la identidad de Punpun fue muy interesante. Se convirtió en una vía de poder ver su estado emocional sin necesidad de representarlo con expresiones faciales (que igualmente sabés retratar muy bien).
¿Cómo fue que se te ocurrió semejante idea?

Si bien creo que es inusual representar a un protagonista de una manera tan simple, desde hace mucho que en los mangas se vienen utilizando expresiones figurativas; por ejemplo, representando humanos como animales. En ese sentido (el efecto de Punpun) es algo relativamente normal para un manga. Respecto a cómo llevar a cabo la idea en sí, eso ya sí es más personal mío, aunque no creo que sea tan fundamental. Sí creo que se necesita mucha determinación para poder sostenerlo coherentemente durante siete años.

¿Sentís que ese recurso te ayudó a medida que fue avanzando la serie, o te condicionó?

Sí, cuando empecé a dibujarlo resulto ser más efectivo de lo que había pensado. Tenía mucha lógica. Hubo cosas que sólo pude dibujar gracias a que Punpun tenía ese aspecto. En el manga se muestra todo el tiempo el interior de Punpun, y si lo hubiera hecho con un rostro humano normal, habría sido demasiada información. En ese sentido creo que terminó dándole un buen balance a toda la serie.

Cuando te referís a cosas que sólo pudiste dibujar porque Punpun se veía así, ¿considerás que si Punpun hubiera tenido rostro humano te habría complicado la escena del homicidio de la madre de Aiko, por ejemplo?

Aah, creo que la habría dibujado un poco más simple. Por ejemplo, en esa escena donde le ahorca el cuello, dibujé a Punpun una y otra vez. Si en esa situación hubiera tenido que mostrar claramente su cara, creo que quizás habría sido demasiado dura para el lector. Creo que mi forma de expresarlo habría sido bastante diferente.

Sería como que el aspecto simple de Punpun, en contraste con el mundo tan detallado, permitió que el lector se concentrara más en las acciones, en lo que estaba sucediendo…

Sí, al final me di cuenta que ese es el efecto que produjo.

Esa escena del asesinato se sintió particularmente real. La situación se presenta como algo totalmente natural, pero a la vez es tremendamente impactante psicológicamente hablando. ¿Por qué quisiste retratarla de esa manera?

Mmmh… No es muy común ver en los mangas que el protagonista asesine a alguien, por eso quise que se sintiera muy vivo y fresco. Como nota al margen, sé que esto que voy a decir no es muy normal, y de ninguna manera digo que lo haría, pero personalmente tengo esa fantasía. Sé que suena raro, pero es cierto. Tengo la idea de cómo sería si en algún momento yo terminara matando a alguien. Quería plasmarlo de la manera más real posible.

Te anticipaste a la siguiente pregunta. Creo que en realidad casi todos experimentamos esa misma fantasía. No poder manejar una situación que te excede y que la situación termine con la muerte de alguien (tal como pasa en el manga), es algo que podría sucederle a cualquier persona. Justamente pensaba preguntarte si vos también la tenías…

Ah, ya veo. Sí, la tengo (risas), aunque nunca la llevé a cabo, eh… (risas).

¿Tenías pensados desde el principio todos los sucesos principales de la serie?

Respecto a la historia de Punpun y Aiko, sí; lo tenía decidido prácticamente desde el comienzo. Los episodios de los otros personajes fueron surgiendo después. El tema es que si sólo dibujaba sobre Punpun y Aiko; tanto yo al dibujarlo, como los lectores al leerlo, hubieran sentido la historia muy limitada emocionalmente. Al introducir en el medio episodios enfocados en otros personajes, de alguna manera, se fue suavizando un poco eso. Es por esta razón que decidí escribir sobre todos los otros personajes.

La estructura de la historia parece armada para hacer que los lectores se encariñasen con los personajes, para luego introducir giros oscuros que afectan el desarrollo de sus vidas. ¿Tuviste quejas de parte de los lectores?

¿Eh, quejas? Emh… mmh… Creo que el tono que llevaba la historia hizo que los lectores ya se lo vieran venir de alguna manera, así que sorprendentemente no recibí demasiadas quejas por eso. Sé que hubo mucha gente que le gustó el manga hasta la primera parte, cuando Punpun iba a la primaria, por todo el aspecto de nostalgia y demás. Pero esa franja de los lectores lo abandonaron muy pronto. Los que se quedaron y siguieron leyendo la segunda parte y el final, comprendieron qué era lo que yo quería contar realmente.

¿Quisiste acompañar a esos lectores fieles haciendo la historia cada vez más seria?

No, para mí no era necesario responder a sus expectativas. Sólo quería retratar de la manera más perfecta posible eso que ya había decidido crear. Si a partir de eso surgían lectores que se quejaran o se opusieran, me pareció que iba a ser algo inevitable.

Una vez mencionaste que la historia paralela de Pegaso es un homenaje y a la vez una deconstrucción del clásico manga shonen, ¿puede ser? Pareciera que la mayoría de los lectores no llegó a comprender esa alegoría. ¿Nos contarías si de verdad era que él estaba luchando contra las fuerzas del mal?

Ah, jaja. Eso queda en el mundo de la imaginación… Cada lector es libre de interpretarlo como quiera. Pero sí es cierto que lo introduje con la intención de que pudiera interpretarse de esa manera. Si al final resulta siendo verdad o no, no es lo importante.

Hay como una clara distinción entre lo que es la historia romántica de Punpun, y la trama más típica de un shonen centrada en Pegaso buscando reclutar a 12 compañeros para luchar contra fuerzas malignas.

Sí. En el manga de “Punpun” hay varios opuestos, blancos y negros. Es el caso de Aiko y Sachi, o Punpun y Pegaso. En todo fue como dibujar las dos partes, la luz y la oscuridad. Como con Punpun me fui apartando de lo que era un manga típico, con Pegaso intenté hacer algo más cercano a lo tradicional. Punpun es como Darth Vader, volcándose cada vez más y más hacia el lado oscuro; mientras que por otro lado Pegaso tiene un corazón muy puro, que proclama vivir confiando en los demás. Quería mostrar ese contraste.

¿Fue una forma de buscar balance en la historia?

Sí. En lugar de dejar un solo mensaje, quería mostrar que también es posible encontrar una respuesta cuando hay dos opiniones que son completamente opuestas. Quería dibujar ambas posturas en la misma proporción.

¿Punpunia representa la esperanza y el deseo de Punpun de salvar el mundo, mientras que el Daruma gigante representa su dolor creciente que al final regresa para destruirlo todo?

Aah, sobre eso… lo incluí medio a la fuerza. No tienen un significado tan profundo. Creo que el Daruma es una metáfora de la maldad que hay en el interior de Punpun. Su deseo, lo que en el fondo siempre quiso, es volverse más fuerte. Como conclusión final podría decirse que Aiko… mmh… ¿Cómo lo explico…? Al final ella se muere; pero aun así, al darse cuenta que él estuvo presente para Aiko, lo tomó como que de alguna manera esa había sido la razón de su existencia. Después, cuando lo acepta y siente “ya no me importa si me muero”, esa vendría a ser la forma completa de Punpun. Punpun llegó a alcanzar ese estado, es en lo que al final se convirtió su personaje.

Durante la serialización del manga ocurrió el gran terremoto de Tohoku de 2011, y decidiste incluir una mención a eso en la historia. ¿Cómo te afectó la tragedia en lo personal? ¿Influyó o cambió en algo la historia a partir de ese punto?

Respecto al terremoto, se menciona en el manga, sí; pero si dejaba que afectara la historia, habría terminado cambiado los objetivos que tenía para contarla desde el principio. Traté en lo posible de evitar que la influyera, y para eso, justamente, fue que lo incluí en la historia en un solo capitulo.
En ese entonces, cuando ocurrió el terremoto, fue un evento tan grande que otros mangakas también tuvieron que tomar una decisión importante de si dibujar sobre eso o no. La mayoría decidió no hacerlo; pero a mí me pareció poco natural no incluir absolutamente nada, y lo hice pero sólo en un capítulo, con la intención de que no afectara a “Punpun” más que eso. En el manga que estoy publicando ahora (Dededede); como ocurrió después del terremoto, esa noción, la sensibilidad hacia ese tema está muy presente. En aquel momento recuerdo que decidí no pensar demasiado en el terremoto hasta que terminara de dibujar “Punpun”.

Al principio “Oyasumi Punpun” se serializó en la Young Sunday, pero lamentablemente la revista se descontinuó y el manga siguió en la Big Comic Spirits. Ambas son de Shogakukan y de enfoque seinen, ¿pero notaste si hubo algún cambio en el público lector?

Mmmh. Por lo que yo pude percibir, casi nada. Siendo muy riguroso, son revistas diferentes; pero cuando cerró la Young Sunday y sus series abiertas pasaron a la Big Comic Spirits, prácticamente la mitad de la Spirits terminó siendo de mangas de la Young Sunday (risas). Así que no noté nada extraño, se sentía casi igual que antes. Algunos de los mangakas con los que compartía la revista cambiaron, y también había algunos artistas de la Spirits que me gustaban y fue bueno poder publicar junto a ellos. Pero en cuanto a dibujar, no, no cambió nada.

¿Sentís que se perdió algo con el cierre de la Young Sunday, en cuanto al mercado de mangas?

Para nada (risas). Si tuviera que decir algo, mmh… estee… no, nada. De verdad, nada en lo absoluto. Los mangas en curso terminaron repartidos en otras revistas, pero el cierre de la Young Sunday no fue nada particular. En esa época hubo muchas revistas que desaparecieron. En la actualidad ya casi no sucede eso de que suspendan una publicación; así que creo que se trató más de un periodo en el que se replanteó qué eran las revistas de manga, su viabilidad en el mundo de hoy.

¿Considerás que últimamente el rango que había antes entre los manga seinen y los shonen se redujo? Muchos títulos seinen parecen estar incorporando elementos del shonen, y viceversa, con mangas shonen volviéndose un poco más oscuros. ¿Creés que ambos géneros se están acercando entre sí?

Sí, la verdad que creo que sucede eso. ¿Y qué significa eso? Que los lectores de manga se volvieron más adultos en promedio. Los chicos ya no leen tanto manga. Si pienso cómo va a seguir de acá a 10 o 20 años, es algo que me preocupa un poco…

Hace muy poco hablé con Takehiko Inoue (Slam Dunk, Vagabond), y él me comentó que cuando le tocó hacer de juez en un concurso de manga de Shueisha, le llamó la atención que la mayoría de los participantes hacían historias bastante oscuras más tirando al seinen. Él expresó exactamente la misma preocupación.

Ah, mirá vos. Entiendo…

Durante la serialización de “Oyasumi Punpun” también dibujaste “Umibe no Onnanoko” (La chica a la orilla del mar) que contiene escenas sexuales bastante explícitas, pero no deja de ser otra forma de historia romántica. También dibujaste el manga cómico de oficina  “Ozanari-kun”, que al final resultó ser una historia romántica gay. ¿Fueron obras que hiciste para escaparte un poco del drama de Punpun?

Mmh… Con respecto a la primera, cuando dibujaba “Punpun” había algunas expresiones sexuales que no podía dibujar con tanta libertad en la revista donde se serializaba. En cambio la revista donde salía “Umibe” era en ese entonces mucho más abierta respecto a ese tipo de escenas. Era el momento justo, y sentí que si no lo hacía entonces después se me iba a volver mucho más difícil poder hacerlo. Lo dibujé pensando, “mejor lo hago ahora que sí puedo”. Esa revista también desapareció hace mucho tiempo, y ahora ya no quedan lugares para dibujar algo de ese estilo.
Con respecto a “Ozanari-kun”, el motivo fue otro. Sólo quería poder dibujar algo sin tener que preocuparme demasiado. Se dio de casualidad que a un editor conocido, con la renovación de otra revista, le quedaron dos páginas libres y me pidió que dibujara algo para cubrirlas. Eso es lo que me salió.

En todas tus obras, a excepción de “Ozanari-kun”, usás fotografías y 3D-CG de referencia que le terminan dando a tus mangas un realismo increíble. ¿Cómo es el proceso? ¿Requiere de muchos asistentes llevarlo a cabo? ¿Pensás seguir utilizando ese recurso en todas tus obras futuras?

Esteee… Creo que uso fotografías para resaltar la cotidianeidad donde viven los personajes. En cuanto a la cantidad de asistentes, se necesitan muchos menos que los que requeriría dibujar los fondos de manga tradicional. Incluso aquellos que no son necesariamente tan hábiles dibujando pueden generar buenos resultados usando ese método. En ese sentido, resulta ser algo, cómo decirlo… “económico”, con una buena relación de costo-beneficio. Es un método muy conveniente, sí; pero si lo usás demasiado, hay veces que no termina combinándose muy bien con el estilo de un manga. No creo que sea algo quede bien en todo tipo de obras. Es posible que en el futuro cambie la forma de hacer mis fondos y me vuelque a dibujos que sean menos cargados. Supongo que dependerá del contenido de la historia que quiera contar.

“Ozanari-kun” claramente no tiene fotografías como referencia para nada. (risas)

No, ¡absolutamente nada! (risas). Con “Punpun” siento que hubo momentos en los que me preocupé demasiado por los detalles de los fondos, y con “Ozanari-kun” quería demostrarle a todos que también podía dibujar mangas sin tener recurrir a eso. Mucha gente me conocía por usar fotografías de fondos y me preocupaba que eso fuera lo único que imaginaran al pensar en mí. También me gustan mucho los mangas como “Ozanari-kun” y los que son gags de cuatro viñetas que solía hacer al principio de mi carrera. Siempre me llamaron, y si surgía la oportunidad  quería aprovechar para dibujarlos. Considero que ambos estilos son igual de buenos para hacer mangas. Quería mostrar que a mí también me gustan y que puedo hacer ambos.

El amor joven y las relaciones interpersonales son elementos centrales en todas tus historias. El nombre de Aiko también está compuesto por los kanjis de “amor” y “niño”. ¿Eso es fruto de alguna experiencia romántica personal que te haya influenciado, o surgió puramente de tu imaginación?

Mmh, no es que exista un modelo directo para Aiko, pero sí existió alguien real que vendría a ocupar su papel. Ahora ya no tengo ninguna relación con esa persona, pero sí tuve una fijación particular con ella. Creo que cuando dibujaba “Punpun” pude hacer el personaje de Aiko gracias a ella. Aunque eso ya es algo del pasado…

Normalmente los autores utilizan a los protagonistas para expresar o manifestar sus propias opiniones o sentimientos. Pero en esta historia incluiste directamente un personaje que tiene un comienzo complicado en su carrera como mangaka, y al final se revela que es la que crea el propio manga de “Oyasumi Punpun”. Ella tiene una visión de la vida prácticamente opuesta a los otros dos; eligió cambiar su apariencia por su propia voluntad, mantuvo una confianza inquebrantable para alcanzar el éxito y ganarse la vida, y al final incluso mantiene a un hijo. ¿Es Sachi una representación de tu “yo ideal”, en lugar de Punpun y sus inseguridades?

En contraste con Aiko, Sachi es una persona con una forma de pensar muy realista, una persona confiable. Esto que voy a decir es algo vergonzoso, pero Sachi sí fue basada en una mujer con la que salía. Elegí a una persona que contrastara con lo que es Aiko y al final rompí con ella… Así que supongo que no tuve suerte con ninguna de las dos (risas). Las dos tienen características muy positivas, pero no me fue bien con ninguna… (risas)

Si Sachi es la creadora del manga, ¿el que no se mencione el nombre real de Punpun ni se muestre su rostro, sería como para proteger su verdadera identidad cuando se publicara? Después de leer el manga uno entiende que lo que menos querría Punpun es ser recordado… ¿Tuviste otros planes para el final?

Que Sachi sea la autora de Oyasumi Punpun es algo que decidí casi al final. Incluso creo no fue algo totalmente necesario. Cuando llegó el momento de terminar la historia, lo que quería hacer para completarla era buscar la manera de que regresara al principio. Que llegara al final, diera un giro y volviera a empezar de alguna manera. Sí siento que me terminó quedando un poco forzado…

El último capítulo con Harumi se parece muchísimo al primer capítulo…

¡Exacto! La historia en sí es la relación de Punpun con Aiko. Aiko muere, Punpun se queda solo, lo acepta y consigue un cierto tipo de satisfacción. Ahí es donde termina la historia, pero si la dejaba inmediatamente ahí nadie iba a entender qué pasó realmente. Así que para cerrar la narrativa de una manera más completa le hice ese cierre circular, de que la historia volviera a comenzar de alguna manera.

Entonces volviendo a lo que discutimos antes, ¿lo considerarías como un final feliz?

No me preocupo mucho por hacer que los finales sean felices; pero al hacer ese cierre circular, es como si la historia de Punpun se repitiera una y otra vez, y para el lector eso quizás no sea una sensación necesariamente agradable. Quería terminar dándole ese impacto a los lectores.

¿Volviste a leer el manga una vez terminado? ¿Te diste cuenta de algo que en su momento no notaste? ¿O algún aspecto que sintieras que tal vez pudiste haber expresado mejor?

Lo releí varias veces. Cuando lo dibujé estaba muy concentrado, así que no siento que me haya olvidado de nada. Lo recuerdo todo, así que no hay nada nuevo que haya descubierto después. Sí me pasa que cuando lo leo, me doy cuenta que en aquel entonces estaba con todas las pilas, que estaba totalmente dedicado a realizarlo (risas). Sé que lo estoy diciendo yo mismo, pero “Punpun” realmente es un manga muy interesante. Dibujarlo no fue para nada fácil, pero sí fue muy interesante.

Ahora estás publicando”Dead Dead Demon’s Dededede Destruction”, una historia sobre la vida diara de dos estudiantes de secundaria en un Tokyo sobrevolado por un gran OVNI. ¿Esta vez también pensás encariñar a los lectores con Kadode y Ouran, para después darle un giro oscuro a la historia? (risas)

Bueno, esto es un spoiler, pero sí, esa es la intención. A diferencia de Punpun, me gustan mucho los personajes de Kadode y Ouran. La razón de eso es que ellas no son parecidas a mí en nada, son personas completamente diferentes. Las veo como dos chicas muy simpáticas, pero en lo que refiere a la historia, sí va a terminar ocurriendo un suceso especial, y ya va siendo hora de que lo tenga que dibujar… Es una pena, porque de ser posible hubiera querido seguir dibujándolas así mucho más tiempo. Me divierte mucho dibujar “Dededede”, me gustaría mucho poder extenderla eternamente pero muy pronto va a tener que llegarle el final.

¿Ya tenés toda la historia planeada de antemano, al igual que como pasó con “Punpun”?

Sí, ya tengo prácticamente todos los eventos futuros decididos.

En tus obras un tema recurrente es la sensación de que el mundo está muy cerca de llegar a su fin. ¿Es un sentimiento que compartís personalmente? ¿Hay algo que te preocupe en particular?

En realidad creo que de acá en adelante el mundo va a ir mejorando progresivamente. En serio creo que todos, que el entorno, va a mejorar. En definitiva es algo bueno, pero como yo tiendo a ser medio negativo, me parece que es medio aburrido que todos siempre sean felices (risas). Por eso suelo decir que quiero que el mundo se acabe, pero en el fondo realmente creo que todo va a progresar.

Y ya para ir cerrando, ¿te gustaría decirle alguna última cosa tus fans en Argentina y demás países de habla castellana?

Sé que mis mangas no son algo que el total de las personas considere interesante. El grupo de lectores que me sostiene es bastante reducido… Pero tal como comentaba antes, incluso en Japón la cantidad de lectores de manga está disminuyendo progresivamente; así que realmente me salva que haya personas que lean mis obras alrededor del mundo. Gracias a todos ellos puedo seguir comiendo (risas). Si no tuviera esa franja de gente que me lea, seguramente tendría que abandonar el dibujo. Comparado a unos diez años atrás, gracias a las redes sociales ahora estoy más consciente de que tengo público en otros países. Creía que mi personalidad se debía necesariamente a que nací y me crié en un país como Japón, pero resultó que no era así. Pude darme cuenta que también hay personas como yo en muchos otros países, no importa dónde sea que vivan. Es una sensación de alivio un poco extraña. Saber que hay gente que consume mis obras en un país como Argentina, de verdad siento que me salva. No creo que mi manera de dibujar cambie demasiado, pero espero que a pesar de eso me sigan leyendo…

– Bibliografía de Asano –

  • One-Shots

Asano tiene una enorme cantidad de historias cortas autoconclusivas publicadas en uno o dos capítulos apenas, entre las que se destacan Futsuu no Hi (Un día normal); Sotsugyoshiki Jigoku (Graduación del infierno); Uchuu kara Konnichiwa (Hola desde el espacio); Planet; Toshi no Se (Fin de año); Kinoko Takenoko; Bakemono Recchan (La monstruosa Recchan); Funwari Otoko (Un hombre gentil); Tempest; y Sayonara Bye-Bye. Otras historias que originalmente eran parte de este grupo se expandieron hasta completar tomos unitarios, como Hikari no Machi (Ciudad de las luces) y Sekai no Owari to Yoake Mae (El fin del mundo antes del amanecer) .

                                            

  • Subarashii Sekai (What a Wonderful World!)

El primer título largo de Asano, aunque está formado por varias historias personales independientes que se conectan tangencialmente entre sí.
Fue serializada originalmente en la Sunday Gene-X de Shogakukan entre 2002 y 2004, y recopilada después en dos tomos. Ivrea la publicó en Argentina en un tomo único formato kanzenban.

  • Nijigahara Holograph

Cuenta las vidas de un grupo de chicos de primaria que atacan a una nena y la dejan en coma, con tonos muy oscuros de terror psicológico y líneas de tiempo alternativas que derivan en otros crímenes. Fue serializada entre 2003 y 2005 en la revista Quick Japan de la controversial editorial Ohta, famosa por publicar títulos altamente eróticos e hiperviolentos (como la novela original de Battle Royale). Consta de un tomo único de más de 300 páginas, ya publicado en Argentina por Ivrea.

  • Solanin

Serializado en la Young Sunday de Shogakukan entre 2005 y 2006, cuenta la historia de una pareja de egresados de la universidad y sus inquietudes para encontrar su lugar en el mundo adulto. Fue adaptado en un film live-action con Aoi Miyazaki, y la banda Asian Kung-Fu Generation le puso música a una canción escrita en el propio manga. Recopilada en dos tomos originalmente, y publicada en Argentina por Ivrea en un único tomo formato kanzenban, con portada exclusiva para esta edición.

  • Oyasumi Punpun (Buenas Noches Punpun)

Serializada originalmente entre 2007 y 2013 en la Young Sunday y luego la Big Comics Spirits (ambas de Shogakukan), y recopilada en 13 tomos. Cuenta la vida de un chico común que pierde la inocencia cuando su padre es arrestado por dejar a su madre en el hospital, y cómo evoluciona su personalidad a lo largo de los años. Fue la primer serie de Asano publicada por Ivrea Argentina

  • Ozanari-kun

Serializado entre 2008 y 2011 en la revista CUT de la editorial Rockin’on, cuenta la historia de un oficinista que maltrata y abusa a su jefe constantemente, pero que al final termina enamorándose de él. Recopilada en un tomo único.

  • La chica a la orilla del mar (Umibe no Onnanoko)

En un pueblito en la costa, dos estudiantes de secundaria deprimidos entran en una relación puramente sexual pero que los ayuda a procesar sus propios traumas personales. Serializado entre 2009 y 2013 en la Manga Erotics F de la editorial Ohta y recopilado en dos tomos. Publicada por Ivrea recientemente reuniendo el contenido de ambos en un tomo único de más de 400 páginas.

  • Dead Dead Demon’s Dededede Destruction

Su obra larga más actual, cuenta sobre la vida diaria de dos adolescentes en Tokyo, tres años después de la llegada de un gigantesco OVNI que todavía sobrevuela la ciudad. Se serializa actualmente en la Big Comic Spirits desde 2014 y ya lleva 10 tomos recopilatorios editados en Japón hasta la fecha.

  • Reiraku (Decadencia)

Publicada durante 2017 en la Big Comic Superior de Shogakukan, se destaca por enfocarse no en la juventud de su protagonista como suele hacer Asano sino en su madurez. Cuenta cómo se arruina la vida de un mangaka después de terminar su primera obra exitosa; separándose de su mujer y entrando en una crisis creativa, totalmente desilusionado con la industria del manga. Tomo único.

  • Héroes (Yuusha-Tachi)

Originalmente publicada como historia autoconclusiva en 2015 en la revista Hibana de Shogakukan, fue retomada en 2018 para la aplicación digital MangaONE de esa misma editorial y recopilada luego en un único tomo. Cuenta sobre un rejunte de héroes que después de derrotar a la Gran Oscuridad, tienen que regresar a sus vidas y lidiar con todos los traumas y resentimientos. Tiene la particularidad de estar hecho casi completamente en rojo y negro. Fue publicado por Ivrea en Argentina.

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